En deuda

Son muchos los estudios que avalan la situación de soledad en la que se hallan las personas mayores en este país; pocas las investigaciones acerca de cómo viven esta etapa del ciclo vital las personas con discapacidad intelectual.

La soledad es esa mala amiga que, de forma inevitable, nos acompaña en algún momento de nuestra vida, tengamos discapacidad o no. Todas/os sufrimos al sentirnos solos; nos embarga la tristeza y, a veces, si esa "mala amiga" nos acompaña largo tiempo, podemos perder autoestima, sufrir deterioro físico o incluso neurológico.

En el Centro Ocupacional ATUREM atendemos un grupo de personas que rompieron barreras hace más de 50 años, que comenzaron a acudir diariamente al centro (uno de los más veteranos de Sevilla); a hacer uso de los transportes públicos, de los comercios de la zona; personas que visibilizaron la discapacidad intelectual cuando aún muchos pensaban que la comunidad no era "el sitio".

A esta generación, nuestro movimiento asociativo le debe gran parte de lo conseguido hasta ahora; estamos en deuda con ellos. Ojalá no lleguemos tarde, como sucede en otras muchas ocasiones, y podamos apoyar para que las personas mayores con discapacidad intelectual puedan decidir cómo, dónde y con quién envejecer.




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