Mi nombre es Miriam...


Os dejamos con las palabras que Pedro, tutor de Miriam, ha escrito como traductor vital.

Hola soy alumna de Pedro con Síndrome de Angelman y paso a presentarme: me llamo Miriam y tengo 16 años. Vivo con mis padres y con mi hermano que es algo mayor que yo. Mi familia me adora aunque tengo que reconocer que hago muchas trastadas, pero cada vez con menor frecuencia.
Me gustan todas las fiestas y mientras más jaleo mejor. Me integro con facilidad, pero necesito a alguien conocido cerca porque si no conozco a nadie me pongo muy nerviosa. Me distraigo mucho con las revistas del corazón porque traen fotos en las que salen muchas personas, que son las que más me gustan. También me lo paso muy bien mirando por la ventana a las personas que pasan por la calle. Las fotografías y el ordenador también me encantan, y cuando trabajo o me porto bien exijo que se me aplauda y me abracen
Mi profesor se llama Pedro y en mi cole he aprendido muchas cosas, como hacer peticiones utilizando signos o señalando, permanecer sentada durante las actividades, comer sola (aunque me mancho y a veces molesto a los compañeros), seguir instrucciones sin necesidad de que me lo repitan muchas veces, no separarme del grupo cuando salimos a la calle, no invadir el espacio de los demás (aunque a veces me abrace a alguien y no quiera soltarle), en definitiva me lo paso muy bien en el cole, y cada día acepto mejor permanecer en mi aula sin intentar escaparme.
Trabajo mejor con piropos que con reprimendas, aunque es necesario que me pongan límites porque reconozco que a veces me pongo testaruda y no obedezco, e incluso llego a tirar del pelo, tanto a mis compañeros como al personal que nos atiende.
Este curso hemos celebrado por primera vez en mi Centro el Día Internacional del Síndrome de Angelman, me he divertido mucho como en todas las fiestas, y creo que es positivo que se divulguen nuestras peculiaridades para que la sociedad se conciencie y conozca que, dentro de nuestras limitaciones, podemos aprender muchas cosas.
Espero seguir aprendiendo y divirtiéndome durante los años que me quedan en el Cies-Aturem.

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