Buenas tardes familias,
Desde el día 1 estamos de vuelta, de nuevo al trabajo duro y a la vez tan gratificante como acompañaros en vuestros momentos.
Una vez mas, el pasado sábado día 25 de septiembre nos reunimos para en el encuentro provincial de familias de aprose junto con las familias que decidieron inscribirse.
En esta ocasión, dicho encuentro se celebró en la Puebla de Cazalla, con la colaboración y participación de la Asociación Retama, cuya sede se encuentra en este municipio.
Fueron un total de 170 familias las que asistieron. Para aquellas no pudieron asistir, aquí os dejo mis conclusiones personales:
El encuentro se titulaba: "Creciendo en familia" lo cual dejaba ver que, en esta ocasión, las familias tendrían que moverse, hacer cosas distintas, "CRECER".
El día comenzó con las palabras de Mati, que nos hicieron reflexionar y nos transmitía un mensaje a través de un cuento: “Zanahoria, huevo y café”.
Rafael, compartió con nosotros conocimientos relacionados con la biología, las bacterias, y la importancia de la unión para “crear vida”. Esa unión, contacto y relaciones que nos hace aumentar nuestros niveles de serotonina o cortisona. Incluso se llegó a concretar mas, tenemos una medicina natural (no química) que tomamos de 3 a 5 veces al día: la nutrición, el alimento.
Se comentaron muchas cosas a raíz de esto: “Ayudando a los demás, nos ayudamos nosotros mismos” o “hay que sacar lo positivo de los tres elementos”.
Personalmente, me quedo con la reflexión del grano de café, su fuerte esencia y capacidad, es capaz de teñir el agua que le rodea. Así me siento, teñida por las familias de personas con discapacidad que ofrecen un aroma especial, tiñendo y ofreciendo un punto de vista en el “momento a momento” con un aroma amargo (en algunos momentos), pero a la vez dulce.
Se habló de crecimiento, mejora, posibilidades, ayuda y de amor, mucho amor, el amor que siente nuestro amigo Jaime que durante el juego con su hijo, la cosa “se va de madre” y lo que en principio es un juego, termina en algo mas que eso, en la confusión de ambos, porque el sentimiento se desborda.
Ana nos hablaba de posibilidades, inundó momentos con frases como “Soy una persona nueva”, “la importancia de hacer cosas distintas”, o “volver a ser la niña que fui”. Cada día, decide cuidarse con frases que la hacen quererse y sentirse bien.
Emilia se sentía en una nube, ha llegado a la conclusión que solo puede “Sentirse afortunada”. Ella piensa que su hijo está “internado”, que no “abandonado”. Yo pienso que su hijo se ha “independizado”, no de la forma que nos gustaría, pero, en cierto modo, ha encontrado un espacio propio fuera del nido. “Salvi” nos hablaba de aceptación, vocación y felicidad. Claro ejemplo de lucha y disfrute del “momento a momento”.
Es común a la gran mayoría de familias el MIEDO, el miedo al futuro, las pre-ocupaciones por el hijo/a cuando la cuidadora/ cuidador se marche. El miedo, puede ser una emoción pasajera en un momento de cambio. En ocasiones el miedo se instala en todos los actos de la vida e incapacita para coger de nuevo al timón, entonces, tendremos que tener “Miedo al miedo”, ese miedo que nos paraliza y no nos deja hacer cosas distintas.
Pese a estas dificultades que se hablaban, debíamos volver al camino del que en ese día no podíamos salir, un padre dio la voz de alarma “¡Dejemos de hablar de discapacidades y hablemos de capacidades!”, ¡Si señor!, ¡nos estábamos desviando!, y los hijos/as con discapacidad, en su inocencia, nos hacen hacer cosas que nos hacen “Sentir vivos”, esa madre que se viste de flamenca y se va a la feria o a los coros a cantar, esa otra que supo ver de la enfermedad una oportunidad, y ese padre que expone que tiene mas hijas, pero solo su “Lola” le ha hecho ser mejor persona.
Efectivamente, son las personas con discapacidad las que nos hacen ver que hay que disfrutar el “momento” porque el día a día con su “momento a momento” nos enseñan a ocuparnos de lo realmente importante, a saber que es lo importante y que es lo urgente y a movernos como seres amorosos que somos, porque como decían algunos “El amor mueve montañas” o “Me siento feliz porque estaba convencida de la importancia de hacer las cosas con amor”.
Nos vemos pronto.
Elena.
Desde el día 1 estamos de vuelta, de nuevo al trabajo duro y a la vez tan gratificante como acompañaros en vuestros momentos.
Una vez mas, el pasado sábado día 25 de septiembre nos reunimos para en el encuentro provincial de familias de aprose junto con las familias que decidieron inscribirse.
En esta ocasión, dicho encuentro se celebró en la Puebla de Cazalla, con la colaboración y participación de la Asociación Retama, cuya sede se encuentra en este municipio.
Fueron un total de 170 familias las que asistieron. Para aquellas no pudieron asistir, aquí os dejo mis conclusiones personales:
El encuentro se titulaba: "Creciendo en familia" lo cual dejaba ver que, en esta ocasión, las familias tendrían que moverse, hacer cosas distintas, "CRECER".
El día comenzó con las palabras de Mati, que nos hicieron reflexionar y nos transmitía un mensaje a través de un cuento: “Zanahoria, huevo y café”.
Rafael, compartió con nosotros conocimientos relacionados con la biología, las bacterias, y la importancia de la unión para “crear vida”. Esa unión, contacto y relaciones que nos hace aumentar nuestros niveles de serotonina o cortisona. Incluso se llegó a concretar mas, tenemos una medicina natural (no química) que tomamos de 3 a 5 veces al día: la nutrición, el alimento.
Se comentaron muchas cosas a raíz de esto: “Ayudando a los demás, nos ayudamos nosotros mismos” o “hay que sacar lo positivo de los tres elementos”.
Personalmente, me quedo con la reflexión del grano de café, su fuerte esencia y capacidad, es capaz de teñir el agua que le rodea. Así me siento, teñida por las familias de personas con discapacidad que ofrecen un aroma especial, tiñendo y ofreciendo un punto de vista en el “momento a momento” con un aroma amargo (en algunos momentos), pero a la vez dulce.
Se habló de crecimiento, mejora, posibilidades, ayuda y de amor, mucho amor, el amor que siente nuestro amigo Jaime que durante el juego con su hijo, la cosa “se va de madre” y lo que en principio es un juego, termina en algo mas que eso, en la confusión de ambos, porque el sentimiento se desborda.
Ana nos hablaba de posibilidades, inundó momentos con frases como “Soy una persona nueva”, “la importancia de hacer cosas distintas”, o “volver a ser la niña que fui”. Cada día, decide cuidarse con frases que la hacen quererse y sentirse bien.
Emilia se sentía en una nube, ha llegado a la conclusión que solo puede “Sentirse afortunada”. Ella piensa que su hijo está “internado”, que no “abandonado”. Yo pienso que su hijo se ha “independizado”, no de la forma que nos gustaría, pero, en cierto modo, ha encontrado un espacio propio fuera del nido. “Salvi” nos hablaba de aceptación, vocación y felicidad. Claro ejemplo de lucha y disfrute del “momento a momento”.
Es común a la gran mayoría de familias el MIEDO, el miedo al futuro, las pre-ocupaciones por el hijo/a cuando la cuidadora/ cuidador se marche. El miedo, puede ser una emoción pasajera en un momento de cambio. En ocasiones el miedo se instala en todos los actos de la vida e incapacita para coger de nuevo al timón, entonces, tendremos que tener “Miedo al miedo”, ese miedo que nos paraliza y no nos deja hacer cosas distintas.
Pese a estas dificultades que se hablaban, debíamos volver al camino del que en ese día no podíamos salir, un padre dio la voz de alarma “¡Dejemos de hablar de discapacidades y hablemos de capacidades!”, ¡Si señor!, ¡nos estábamos desviando!, y los hijos/as con discapacidad, en su inocencia, nos hacen hacer cosas que nos hacen “Sentir vivos”, esa madre que se viste de flamenca y se va a la feria o a los coros a cantar, esa otra que supo ver de la enfermedad una oportunidad, y ese padre que expone que tiene mas hijas, pero solo su “Lola” le ha hecho ser mejor persona.
Efectivamente, son las personas con discapacidad las que nos hacen ver que hay que disfrutar el “momento” porque el día a día con su “momento a momento” nos enseñan a ocuparnos de lo realmente importante, a saber que es lo importante y que es lo urgente y a movernos como seres amorosos que somos, porque como decían algunos “El amor mueve montañas” o “Me siento feliz porque estaba convencida de la importancia de hacer las cosas con amor”.
Nos vemos pronto.
Elena.
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