Nuestro blog es un espacio de encuentro, de compartir y difundir información y recursos pero también emociones y sentimientos que nos acompañan cada día.
Por este motivo, hoy publicamos unas palabras de una compañera, usuaria de nuestro servicio que hoy quiere compartir su experiencia en el proceso de revisión de su sentencia de incapacidad legal.
"Todo este proceso empezó cuando yo validaba sentencias de Incapacitación junto a mis compañeros para un juzgado. La jueza se interesó en conocer a los validadores y todos aprovechamos para expresar que las sentencias no tienen en cuenta a las personas con discapacidad. Y un día me citaron en Plena Inclusión para que yo hablara a la jueza sobre mi situación y ella, me animó a que revisara la incapacidad. Posteriormente me invito a que yo fuera y contara otros jueces mi situación sirviendo de ejemplo.
En mi casa nunca se hablaba sobre mi incapacidad porque ellos
se encontraban seguros con esa situación, y no pensaban que yo tuviese interés
en revisar los papeles.

En esta situación yo me sentía bien porque estaba luchando
por mis derechos y por otro lado me encontraba que traicionaba a mis Padres y
Hermanos.
Cuando se enteraron mis Padres se enfadaron con el Centro Ocupacional y especialmente con la Trabajadora Social y con la directora de Aturem, pensaron incluso en denunciarles.
A pesar de todo me sentí apoyada porque se implicaron muchas personas: mi novio, mi cuñada, el vecino de mi novio y mi hermana. Durante el proceso la jueza fue citando a todas estas personas, de dos en dos, para preguntarles y que hablaran sobre mí. También nos citó a mi padre y a mí, mi madre no pudo ir porque estaba enferma.
La primera citación fue el día 17 de agosto y fuimos mi padre
y yo para hablar con el Médico Forense que era una persona muy compresiva, muy
simpática y amable. Comprendió lo que yo quería hacer con mi vida y que nadie
decidiera por mí. Después tuvimos otra citación, esta vez con la Jueza, también
fuimos mi padre y yo. Y también nos hicieron muchas preguntas sobre lo que yo
quería hacer con mi vida.
El 27 de septiembre volví a presentarme otra vez delante de
la jueza y delante del fiscal que me representaba, y ese mismo día fueron todos
los testigos y fueron entrando de uno en uno. Todos coincidían en cómo era yo
como persona, y el Fiscal y la Jueza se llevaron una impresión buena y
decidieron darme la Curatela.
Cuando me llegó la Sentencia a casa y la leí me puse muy
contenta porque era favorable para mi persona, ahora se reconoce mi Derecho a
elegir sobre mi vida. En este momento me planteo nuevas metas como pasar los
fines de semana con mi pareja en su casa, conseguir aprobar la oposición o irme
de tiendas y comprarme mi propia ropa y zapatos a mi gusto".
RRR
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